En una nueva señal de normalización monetaria, el Banco Central (BCRA) volvió a flexibilizar el régimen de encajes bancarios con el objetivo de impulsar el crédito al sector privado y mejorar la liquidez del sistema financiero. Las medidas, que comenzarán a regir el 1 de diciembre, apuntarán también a sostener la demanda de títulos públicos en un tramo clave del calendario de deuda del Tesoro.
La autoridad monetaria redujo en 3,5% la exigencia de efectivo mínimo para los depósitos a la vista, entre ellos cuentas tradicionales, "money markets", cauciones y pases pasivos. De manera simultánea, amplió en igual proporción la posibilidad de integrar encajes con bonos públicos, lo que permite a las entidades administrar su liquidez sin perder margen operativo y refuerza el respaldo a las próximas licitaciones del Tesoro.
Otra de las decisiones fue bajar del 95% al 75% el piso diario de cumplimiento de encajes, medida que devolverá a los bancos un mayor margen de maniobra para gestionar sus saldos durante la jornada. En el mercado señalan que este nuevo esquema se asemeja al vigente antes del endurecimiento aplicado a mediados de año.
Además, el BCRA prorrogó hasta el 31 de marzo la exigencia adicional de cinco puntos en los encajes de depósitos a la vista para los Bancos A y amplió el conjunto de bonos habilitados para integrar ese componente. Con esta extensión, el organismo mantiene vigente un mecanismo que favorece la demanda de deuda pública en un contexto en el que la renovación de vencimientos resulta determinante, consignó el diario "Ámbito".
En el Banco Central sostienen que estas flexibilizaciones forman parte de una estrategia orientada a acomodar la política monetaria a una etapa de mayor normalización. Para las entidades financieras, el alivio regulatorio, la mayor flexibilidad operativa y la ampliación del uso de títulos públicos en los encajes podrían traducirse en mejores condiciones para expandir el crédito hacia fin de año.